jueves, 30 de enero de 2014

Guayabos de mujeres

Ya han pasado dos años desde aquel guayabo que me consumía la vida, y lo digo literalmente, si alguno de ustedes me vio, recordará que bajé como 5 kilos, es lo único bueno que resultó de eso, porque cuando el amor se acaba por parte de la persona que obviamente no eres tú, sientes que la vida también se acaba y empiezas a vivir los peores meses de tu vida, cuando te das cuenta que al que tanto amabas te hizo la cagada del año, lo que quieres es morirte, porque cuando las mujeres acabamos de terminar con la relación que pensábamos que iba a durar para toda la vida, (así mega ilusas) solo te quieres morir, y la que nunca lo haya querido que lance la primera piedra.

Cuando tu relación termina, sientes que se te cae el mundo encima, es como si te lanzaras todos los días del edificio más alto, te estrellas contra un asfalto lleno de espinas, te arrancaran el corazón con la mano, le echaran ácido, un toque de limón, te lo vuelven a meter y te empiezan a cocer la herida a sangre fría, así más o menos se siente y no exagero.

Hace dos años ni pensaba que iba a estar tan bien como estoy ahora, tampoco es que vivo en un ensueño, pero cualquier cosa es mejor a sentirme como me sentía en ese momento, cuando decía que me dolía, era cierto, ¡EN SERIO! y cuando me quería morir, también lo era, porque de algo pueden estar muy seguros y es que yo para dramática estoy mandada a hacer. 

Escribo todo esto porque acabo de leer un drama-tuit que hizo una amiga en donde dice que no fue valorada ni amada y toda esa habladuría sin sentido que una hace con la dignidad en el suelo y sin ningún temor a ser juzgada por nadie, porque en esos momentos una no tiene vergüenza ni de llorar en las casas ajenas, es allí cuando no tienes ni la mas mínima idea de que todo pasará, aunque tardes más tiempo olvidando al personaje de lo que estuvieron. 

Tengo mucho tiempo sin amar a alguien, y creo que todo ha sido más fácil, pero yo no soy así, a mi me gusta amar porque soy una cursi empedernida y coño, que ladilla ser de ese modo, de igual forma me da miedo la palabra amor, porque lo que viví no fue comer pan con mantequilla, fue como comer vidrios y después jugo de limón, con una recuperación bastante lenta para al final quedar bien a la vista de todos y con muchas cicatrices por dentro. 

Una sabe que de amor ni se vive ni se muere, pero se siente como si de verdad fuese así, al principio siempre crees que será imposible recuperarse de un guayabo nivel olímpico pero si se puede, de alguna u otra forma se sale de el y de pie, por eso cuando yo veo a alguien enguayabada de esa forma, me solidarizo a tal punto que termino brindándole las birras y explicándole que en serio no se va a morir y que todo pasa. 

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