miércoles, 8 de julio de 2015

Sueños que se quedarán cumpliendo su función

De niños siempre soñamos con cosas increíbles, decíamos que queríamos estudiar una cantidad de carreras que no tienen nada que ver con lo que somos hoy en día, yo por ejemplo decía que quería ser abogado porque veía a mi tío que era dueño de su tiempo, y a pesar de que vivía ocupado con su gran cantidad de documentos, se le veía de lejos el éxito que de grande me di cuenta que no era cierto. 

Luego se me metió en la cabeza ser medico e hice que mi mamá me comprara todo un maletín con una cantidad de cosas de medicina (de juguete obviamente) y empecé en mi labor de doctora con todos mis conocidos, hasta que en la clase de Biología cuando tuvimos que abrir a un asqueroso sapo, me bajó la tensión y no pude seguir con la evaluación (carrera tachada)

Son muchos los sueños que de niños tuvimos y que si hubiésemos visto por un huequito, en todo lo que nos íbamos a convertir, posiblemente caeríamos en depresión, cuando yo en quinto año decidí estudiar Comunicación Social, me imaginaba a esta edad trabajando como periodista corresponsal de Globovisión, viajando por todo el mundo, dando las mejores noticias impactantes como desastres naturales, golpes de estados y todo lo que a la gente le gusta ver, claro, después de haber tenido un programa de radio exitoso en la Mega y haber trabajado en periódicos importantes del país. 

Fue todo lo contrario, no me fui por audiovisual sino por publicidad, no tuve un programa exitoso en La Mega, ok, si trabajé allí y tuve mi programa pero no me llenó como esperaba, la experiencia fue muy bonita pero no me dejaban opinar mucho en cuestión al tema global del programa y eso me frustraba, no me dieron la oportunidad de trabajar en un periódico importante del país, de hecho, no me dieron la oportunidad de trabajar en ningún periódico del país, y mucho menos soy corresponsal de Globovisión viajando por todo el mundo, empezando porque ya ese canal es un asco y porque descubrí a mitad de la carrera que tengo miedo a las cámaras, resulté ser la típica estudiante de medicina que se desmaya a penas ve sangre.

Es más, si mi yo de 16 años, emocionada por la carrera que iba a estudiar, ansiosa por todo lo que iba a aprender y lo que se supone que iba a aportar a la sociedad, porque ser periodista es hacer una labor social diaria, informar con la verdad todo lo que está pasando; si mi yo de 16 años hubiese sabido que a los 24 años no sería todo lo que creía que iba a ser y me viera trabajando en un país que no es ni remotamente igual al suyo y en el que nunca se imaginó ni siquiera visitar, está trabajando en algo que no tiene nada que ver con informar la verdad sino envolver a la gente para que te diga que si y adquiera el servicio, créanme que estaría bien decepcionada, amargada y "cabreada" como dicen aquí.

De igual forma sigo pensando que seré exitosa, quizás escriba un libro, monte una agencia de publicidad, vuelva a la radio y esta vez con un programa que en serio me llene, mejore mis fotos y sea una fotógrafa famosa, cosas que mi yo de 16 años jamas pensó en soñar, pero es obvio que la vida te cambia todos los planes a medida que vas recorriendo el camino que te toca, ahora solo depende de mi hacer que todo se cumpla, o lo que sea que venga para mi lo haga grande y no me quede estancada conformándome con lo que hago actualmente solo porque me sirve para pagar mis deudas. 

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